Volando sobre el Xirimbao

David Bello López-Valeiras

Una tarde, Andrés nos propuso que le llevase a buscar un queso casero a la casa de unos amigos de él en una aldea de la Estrada. El día estaba magnífico, por lo que, de paso que íbamos, plateamos hacer una de nuestras excursiones, proponiendo nuestro amigo acercarnos al parque Xirimbao, él ya había estado en algunas ocasiones, pero para nosotros sería la primera vez. 


Cuando llegamos al parque, dejamos el coche en un lugar habilitado y caminamos hacia el tumultuoso río. Lógicamente, no podían faltar nuestras fotos, una de ellas con la princesa en el centro mientras nosotros le dábamos un beso en cada mejilla; para otras escogimos el puente colgante sobre el río Ulla, Azahara estaba radiante.


Pero las instantáneas más simpáticas fueron tras cruzar al otro lado del puente. Nos subimos ella y yo a unas rocas que están prácticamente dentro del río, una vez allí empezamos a agitar los brazos como pretendiendo volar. La escena era de lo más divertida, no conseguíamos sincronizarnos y las carcajadas eran increíbles. Yo, justo detrás de ella, y los dos simulando un agitar de alas para hacer como que intentábamos despegar sobre el agua. Era simpatiquísima. Viendo el resultado de las fotos, a las que se les puede dotar de movimiento al ser pulsadas, nos reímos muchísimo.


Lo pasábamos genial, como solo lo podía hacer con ella. Tenía ese «punto» que me encantaba, esa chispa siempre encendida para inspirarme a hacer cosas que sin su presencia ni se me ocurrirían. Era extraordinaria y nos compenetrábamos increíblemente bien, creía que estábamos hechos el uno para el otro para ser así de felices para siempre, almas gemelas que nos habíamos tropezado para lo que solo estas pueden coincidir, para volar.

 


"Ni tú ni yo" María Villalón